El funicular de Artxanda, uno de los grandes emblemas de Bilbao, está viviendo una transformación. Ya han comenzado los trabajos que resultarán en una renovación integral, cuyos detalles ya se dieron a conocer en septiembre del año pasado.
Al margen de retoques puntuales, se trata de la primera renovación total a la que se ha sometido el funicular desde que inició sus servicios en 1915. El aspecto más destacado de esta es que sus vagones darán cabida a un mayor número de usuarios, pero también se ha actuado en la plaza de Castaños y en se transformará la estación superior.
De hecho, la última actuación que se ha llevado a cabo es la instalación de 220 placas fotovoltaicas con el objetivo de reducir en un 80% su consumo energético. Los dispositivos se han ubicado en la cubierta de la pista de patinaje próxima a la estación superior del funicular.
El presupuesto para esta y el resto de las acciones asciende a 4 millones de euros, que estarán principalmente destinados a la mejora de los vagones. Este proyecto está enmarcado en el programa de ayudas europeas de los fondos Next Generation.
Más plazas para más usuarios
En agosto del año pasado el área de Movilidad y Sostenibilidad sacó a licitación dos concursos públicos para la reforma del funicular. De esos primeros contratos de asistencia técnica parte el nuevo diseño de los coches del funicular, que verán ampliada su capacidad.
Se valora que esta, actualmente de 70 ocupantes, pueda aumentar hasta las 120 plazas. Para ello, se aumentará la longitud del vagón, ya que se descartó la posibilidad de ensancharlo ante la imposibilidad de ampliar el ancho de vía.
Esta medida responde al aumento progresivo de las cifras de usuarios en los últimos años. Actualmente, el funicular tiene una afluencia de más de un millón de pasajeros al año, un hecho que responde a la explotación de su atractivo turístico frente a su anterior concepción como servicio para el público local.
La reforma del funicular, además, se complementará con la reducción del uso de coches en la zona de Artxanda. El pulmón de la villa aspira a convertirse en un ejemplo de turismo sostenible y, de hecho, la reforma del funicular forma parte de los Proyectos de Sostenibilidad Turística en destinos.
Más allá del aumento de usuarios y de la apuesta por la sostenibilidad, la reforma está motivada por la necesidad de modernización de los coches, que pronto cumplirán 40 años. Estos también serán más luminosos, accesibles y cómodos, ya que contarán con aire acondicionado.
Las nuevas estaciones del funicular
Además de la renovación del propio funicular, también están incluidas en la reforma otras instalaciones necesarias para su funcionamiento. Más concretamente, se trata de la estación de Castaños y del edificio de la estación de Artxanda, la más alta del recorrido del transporte por cable.
Esta última acaba de ser dotada de paneles solares que permitirán que el funicular sea un medio de transporte autosostenible y eficiente en términos energéticos. En lo que respecta al resto acciones que se llevarán a cabo sobre ella, están recogidas en el diseño presentado por la concejalía de Movilidad y Sostenibilidad a finales del pasado mes de marzo.
La nueva estación superior no verá la luz hasta el próximo año 2024, ya que sus obras comenzarán en otoño. Tras los trabajos, será más accesible y cómoda, con salas de espera y puertas canceladoras.
Otra de las instalaciones que forman parte del plan de renovación del funicular es la estación de Castaños. De hecho, esta cuenta ya con un jardín vertical de más de 10 especies que asciende desde la plaza hasta Matiko con el que se pretende mejorar la calidad del aire.