Una de las señas de identidad de Bilbao es ella, la Ría. 14 kilómetros de aguas que nacen como consecuencia de la desembocadura de los ríos Nervión e Ibaizabal. 14 kilómetros que comienzan en La Peña, terminan en el Cantábrico, y por el camino crean una divisoria que solo puede ser cruzada mediante nuestros protagonistas: los puentes.
Si la Ría divide todo nuestro ser en 2 márgenes habrá que hacer puentes que los unan, ¿no? Pues sí, y la realidad es que hay varios. Se dice que Bilbao comienza donde la Ría es navegable, por lo que dejaremos atrás el Puente Nuevo o la Pasarela Ibaieder para empezar muy cerca de ahí nuestra ruta hacia el Mar Cantábrico.
Tabla de contenidos
Miraflores
Comenzamos esta ruta con la primera infraestructura de comunicación del nuevo Bilbao. Se abrió al público en abril de 1995, y desde entonces ha supuesto una de las entradas más importantes a la Villa desde la A8.
Puente de San Antón
Junto a la iglesia con la que comparte nombre se encuentra este puente, el de San Antón. Un puente histórico de origen medieval que se dice que es más viejo que la propia villa bilbaína. Es sin duda uno de los más importantes de Bilbao, y ejemplo de ello es que lo encontramos representado en su escudo.
Puente de la Ribera
Tras pasear por el Muelle de Marzana llegamos al puente de la Ribera. Entre los años 1827 y 1874 fue un gran puente colgante al que incluso se le dedicó una canción. Hoy en día, sin embargo, es un puente peatonal bastante más modesto que conecta con el Mercado de la Ribera.
Puente de la Merced
El antiguo Convento de la Merced, hoy reconvertido en la Sala Bilborock, tiene en frente este puente bilbaíno que guarda una vista espectacular hacia la Ría y sus puentes. Por otro lado, las farolas del puente de la Merced guardan una de esas leyendas, de dudosa veracidad, pero que quedan guardadas entre las curiosidades de Bilbao.
Puente del Arenal
Tras dejar atrás Bilbao La Vieja llegamos al Teatro Arriaga y al puente que nos acerca a él. El puente del Arenal que conocemos a día de hoy, creado en 1940, junta la histórica Estación de la Concordia con el arenal bilbaíno.
Puente del Ayuntamiento
El puente que nos lleva desde el Muelle de Ripa hasta el consistorio bilbaíno fue creado en los años 20 para enlazar la ciudad con el recién anexionado barrio de Begoña. En un comienzo se le denominó como Puente de Begoña, pero tras cambiar varias veces de apelativo, en 1983 se le llamó como lo conocemos a día de hoy, Puente del Ayuntamiento.
Puente Zubizuri
Uniendo el Paseo Campo Volantín con Uribitarte y las Torres Isozaki, tenemos la inconfundible obra de Calatrava, el Puente Zubizuri. Inaugurado en el año 1997, se le tuvo que poner una alfombra debido a lo resbaladizo de su superficie y al constante deterioro de las baldosas de cristal. Sin duda uno de los más fotografiados.
Puente de la Salve
El nombre de este puente, creado en 1972 por Juan Batanero, proviene de las oraciones que realizaban los marinos hacia la Basílica de Begoña. La Salve se encuentra actualmente al lado de uno de los mayores reclamos turísticos de Bilbao, el Guggenheim, y es parada obligatoria para toda persona foránea. En él encontramos la obra de Daniel Buren «Los Arcos», creada en 2007 para celebrar el décimo aniversario del Guggenheim, o el mural «Giltza Bat», el cual se esconde debajo del puente.
Pasarela Pedro Arrupe
Este moderno puente peatonal que junta el Paseo de Abandoibarra y la Avenida de las Universidades fue construido en el año 2004, y se nombró en memoria del sacerdote bilbaíno del que coge el nombre, Pedro Arrupe.
Puente de Deusto
Debido al desarrollo urbanístico que se estaba viviendo en la Villa, surgió la necesidad de crear un puente que conectase con Deusto. Para cumplir con dicho requisito, en el año 1936 se inauguró el llamado Puente de Deusto. Aunque ya no actúe como levadizo, haya vivido reformas y algún cambio de nombre obligado por la época (se llamó por un tiempo «Puente del Generalísimo»), este puente levadizo sigue a día de hoy cumpliendo con su deber.
Puente Euskalduna
Inaugurado en abril de 1997, este peculiar puente en curva fue obra del ingeniero Javier Manterola Armisen. A lo largo de los años ha tenido más de un contratiempo, pero este puente que pasa por encima del Museo Marítimo sigue haciendo compañía a la grúa más famosa, La Carola.
Puente Frank Gehry
Es cierto que nos salimos un poco de lo estrictamente bilbaíno, pero en nuestra ruta hacia el Cantábrico nos encontramos con el puente de Rontegi. Aunque las obras de creación finalizaron en el año 1979, no fue hasta 1983 cuando se le comenzó a dar uso a este puente situado entre Barakaldo y Erandio. Hoy en día es una zona de mucho tránsito y afluencia de tráfico alta.
Puente Bizkaia
Nos alejamos aún más del Botxo, sí, pero en nuestra ruta al Mar Cantábrico no podía faltar él, el inconfundible Puente Bizkaia. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2006, este puente que une Getxo y Portugalete es el transbordador más antiguo del mundo y el más famoso de una ruta que, al igual que la ría, también llega a su fin.
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