Aunque la belleza de los grandes emblemas de la villa es de sobra conocida, a veces son los rincones más inesperados los que más encanto encierran. Hay Bilbao más allá de las guías turísticas y el Callejón Zollo es la mayor prueba de ello.
En plena Alameda San Mamés se esconde un lugar secreto, una calle oculta que pasa fácilmente desapercibida para cualquier viandante que no conozca su existencia y que, sin embargo, no deja indiferente a nadie.
Atravesar este estrecho callejón que no parece estar en Bilbao es lo más parecido a pasear por las calles de Grecia sin salir de la villa. Su estética mediterránea, caracterizada por la combinación de paredes blancas y detalles azules, recuerda a la de islas como Santorini o Naxos.
Los secretos del Callejón Zollo
La entrada a esta calle secreta puede encontrarse en el número 11 de Alameda San Mamés, presidida por un cartel que lee su nombre. Aunque podría tratarse de un simple patio o callejón sin salida, su interior alberga numerosos tesoros.
En él no solamente convergen bloques de viviendas, sino que se dan cita distintos tipos de arte. Podría afirmarse, de hecho, que el propio callejón es una obra en sí mismo.
Aunque lo más llamativo es el azul que adorna sus ventanas y puertas, también está repleto de marcos, plantas y otros muchos adornos. Los marcos proceden de Molcris, el taller de enmarcación situado al final de la callejuela cuyo letrero figura también en la entrada del mismo.
No obstante, no es la única parada que puedes hacer al recorrerlo. Desde una galería de arte llamada Aire, vinculada a la facultad de Bellas Artes de la UPV, hasta una tienda de segunda mano y otros pequeños locales que se esconden tras las curiosas puertas azules. Eso es todo lo que encontrarás en el Callejón Zollo, un tesoro escondido en pleno centro de Bilbao.