«Por San Blas, la cigüeña verás». Ese es el clásico refrán que se repite cada 3 de febrero y que está a punto de volver a entonarse en las calles de la Villa. Un año más, Bilbao volverá a vivir en su máximo esplendor una de sus festividades más tradicionales: el día de San Blas.
Los bilbaínos están preparados para volver a lucir sus cordones bendecidos tras acudir a la ineludible cita en la Iglesia de San Nicolás y para endulzarse el paladar con los irresistibles postres típicos. Pero, ¿conoces los orígenes de esta tradición milenaria extendida por toda Bizkaia?
Amuleto contra enfermedades
Encontramos el origen de esta festividad en la historia de Blas de Sebaste, un médico y obispo de origen armenio al que se le atribuyen una serie de curaciones milagrosas. La más famosa fue la de un niño al que salvó de ahogarse con una espina de pescado que se había clavado en la garganta.
En honor a su milagro, cuenta la tradición que para protegernos de enfermedades respiratorias debemos llevar al cuello durante nueve días un cordón bendecido por San Blas. Por esa razón, cientos de bilbaínos compran cada año su amuleto en la plaza del Arenal y acuden a la Iglesia de San Nicolás de Bilbao para bendecirlo frente a la imagen del santo.
Después, tras vestirlo durante nueve días, queman el cordón y quedan bajo la protección de San Blas hasta que llega el año siguiente. No entraremos a juzgar la credibilidad de la historia de este santo, pero teniendo en cuenta los cientos de personas que cada 3 de febrero repiten rigurosamente este ritual, mejor no arriesgarse a que sea verídica.
Un día para endulzarse el paladar
Además de los cordones, los dulces con anís son los otros grandes protagonistas de la celebración de San Blas en Bilbao. Cada 3 de febrero su olor inunda tanto las pastelerías como las propias calles de la Villa, especialmente en El Arenal, donde se colocan habitualmente los puestos de postres y cordones.
Tortas de San Blas, rosquillas de anís, macarrones y santiaguitos o caramelos de malvavisco. Estos son algunos de los dulces típicos entre los que pueden elegir los bilbaínos para celebrar el milagro de San Blas con sus papilas gustativas.
Ahora que ya conoces la leyenda detrás de esta tradición y toda la variedad de manjares asociados al día de San Blas, vete preparándote para el curioso ritual que inundará las calles de la Villa este 3 de febrero. Y sobre todo, si quieres tener tu garganta bien protegida durante este año, no olvides quemar tu cordón el día 12 de febrero, nueve días después de hacerte con él. ¡El ritual no servirá de nada si no lo haces!