Una lengua se compone de un sinfín de palabras, pero de todas ellas siempre hay algunas que sobresalen. Son las más comunes del diccionario, las que terminan expandiéndose fuera de las fronteras de esa lengua para ser conocidas por personas sin conocimientos de ella.
En el caso del euskera, agur es, sin duda, una de nuestras palabras más mainstream. Se utiliza sin ningún tipo de variante lingüística a lo ancho y largo de Euskal Herria, y a diferencia del euskera se trata de una palabra que, curiosamente, proviene del latín.
El origen de agur se liga a la palabra del latín vulgar «agurium», la cual a su vez nace del latín clásico «augurium». Esta última, y al igual que la castellana «augurio», significa presagio o indicio de algo futuro, y de la mezcla de todas estas nació nuestro querido «agur».
Teniendo en cuenta este origen y significado, se podría afirmar que cada vez que utilizamos la palabra agur le estamos deseando lo mejor a las personas a las que se dirige. Por lo tanto, y tal y como sucede con la equivalente francesa «salut», con agur estamos deseando bonanza y salud.
Agur: saludo y despedida
Cabe destacar que, aunque generalmente usemos esta palabra para despedirnos de alguien, históricamente también se ha usado para comenzar una interacción social o saludar.
De hecho, y tal y como menciona Félix Mugurutza en Deia, esta utilización aún se da a día de hoy en ciertas partes de Ipar Euskal Herria, y tiene sentido que así sea.
Si tenemos en cuenta el mencionado significado de agur y que la palabra «agurtu» se usa también para referirse al saludo, es lógico pensar que esta se utilice tanto para saludos como para despedidas. Por lo tanto, y como colofón a este análisis, solo queda desear salud y el mejor devenir a las personas que lean esto, o lo que es lo mismo, agur.
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