Desde el domingo 18 de diciembre, el tradicional belén montañero está colocado en lo más alto de Bizkaia. Tal y como sucede cada año desde 1970, un grupo de amantes de la montaña subió disfrazado a la cima del Gorbea para dejar un nacimiento en la Cruz.
Se trata de la 53ª vez que se repite esta peculiar tradición, que este año los montañeros llevaron a cabo vestidos de vikingos. El domingo por la mañana emprendieron la aventura para, como es tradición, alcanzar la Cruz de Gorbea a las doce del mediodía.
Ni la niebla ni el frío pudieron con ellos, así que el belén espera en uno de los soportes de la estructura a los visitantes que se animen a visitarlo durante estas fiestas. Allí permanecerá hasta el final de la Navidad, cuando será recuperado por los montañeros y devuelto a su letargo… pero solo hasta el año que viene.
El belén montañero que nunca falla a su cita
Han pasado 51 años desde que Pablo Valencia, un navarro residente en Bilbao, cogió un belén polaco que le habían regalado y subió disfrazado a la cumbre del Gorbea para iniciar esta tradición vizcaína que se repite siempre en Navidad. Desde esa ascensión inaugural, un grupo de alrededor de 20 montañeros recoge su testigo cada mes de diciembre.
Y todo el mundo está invitado, incluidos los más pequeños. Así lo recalcan desde la agrupación, que todos los años invitan a participar de la ascensión a todo el que quiera. Especialmente si esta dispuesto a disfrazarse, ya sea de tiroleses, de romanos o de piratas de Solokoetxe, la caricaturización escogida para el año pasado.
Según mencionan, el de la Cruz del Gorbea es el belén montañero más longevo del Estado y el más alto de Euskadi, situado a alrededor de 1.480 metros de altura. Desde que Pablo Valencia abriese la veda allá por 1970, y a pesar de los posibles contratiempos meteorológicos, el pesebre no ha faltado ningún año a su cita con la ascensión.