Se llama Erlai y ha sido elegida como la mejor perfumería de autor de España. Regentado por Ainara Martínez, este negocio familiar de Bilbao se dedica a vender aromas artesanales, muy diferentes a los de los perfumes convencionales. Con ellos han logrado labrarse una clientela cada vez más fiel, tal y como se informa el diario El Correo.
Los más de 300 aromas de Erlai evocan olores tan particulares como el del estiércol o la sangre. Y sí, aunque parezca mentira, tienen su público. Detrás de la anécdota hay un labioso trabajo de elaboración que puede extenderse de los dos hasta los cinco años cuando se trata de los narices, que son los perfumes más complicados.
El fin es oler diferente, pero sin dejar de expresar nuestra personalidad o nuestros gustos. Por eso hay clientes de Erlai, que según relata la misma información, piden fragancias como el Fumidus de Profumum Roma con olor a humo, a fogata. Hay todavía más originales: el Seminalis es una fragancia en honor a la vida, a ese momento en el que los espermatozoides corren en busca del óvulo, y tiene un olor que irremediablemente evoca al semen. Toda una declaración de intenciones.
Dicen que el olfato es el sentido con más memoria que posee el ser humano. Ni un bonito diseño, ni una maravillosa melodía pueden competir con las sensaciones que puede provocarnos un olor. Por eso, tampoco es extraño que los clientes lleguen a Erlai buscando un recuerdo.
El mundo de las fragancias también mira al futuro. Y el futuro de la industria está ligado a las moléculas sintéticas. Estas servirán para prolongar la duración y la proyección del olor, siempre y cuando no sea excesivamente invasivo, no vaya a ser que no le guste al de al lado. Ya se sabe: para gustos, olores.