Son muchos los productos de limpieza que encontramos a día de hoy en un lineal de supermercado. Hay uno, sin embargo, que destaca por encima del resto debido a su aspecto, historia y tradición. Se trata del Chimbo, una pastilla de jabón que nació en Bilbao hace más de 150 años.
Creado en 1863, Chimbo fue el primer jabón que se fabricó en porciones troqueladas para uso doméstico. Llegó al mercado de la mano de la compañía «Antigua Jabonera Tapia y Sobrino», la cual estaba ubicada en el barrio bilbaíno de Zorrotza.
Formada por los hermanos José y Bartolomé Tapia y su sobrino, Víctor Tapia, la compañía decidió llamar Chimbo al jabón en honor a una especie de ave muy abundante en Bilbao hacia el siglo XIX. Es por ello, precisamente, por lo que el elemento gráfico central de esta marca es un pájaro.
Este solía vivir entre entre los cañaverales de la zona, cuando todavía había humedales en ella, y era muy característico de este barrio. Tal es el apego y la unión hacia este pájaro, que mediante un proceso de participación popular los vecinos de Zorrotza han decidido nombrar así a un parque del barrio.
Derrumbada en 1996, renacida en 2013
El éxito de estos jabones traspaso fronteras y la «Antigua Jabonera Tapia y Sobrino» fue viento en popa. Durante años fue todo un referente de la limpieza, pero en 1996 la fábrica de Zorrotza fue derrumbada y se terminó lo que parecía ser un binomio inseparable entre Chimbo y este barrio bilbaíno.
En 2013 la marca renació bajo una renovada imagen que mantiene, sin embargo, la misma esencia y raíces que la de antaño. Esta pequeña ave sigue siendo la imagen del producto, y la estética sigue haciendo referencia al glorioso pasado de Chimbo.
Es difícil pensar en un futuro tan brillante como su pasado, pero está claro que la relación entre Bilbao y esta especie de ave sigue estando muy presente tanto en el mercado, como en Zorrotza.
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