Lo sabes tú y lo sabemos nosotros. Estás cansado de los mismos planes aburridos para San Valentín. Que si ramos de flores, que si cajas de bombones, que si peluches con forma de corazón… Ya es hora de dejar a un lado las cursilerías más típicas y buscar alternativas diferentes pero igualmente románticas. ¿Qué tal un concierto a la luz de las velas? Imagínate acurrucado con tu pareja, rodeado del tenue resplandor de cientos (o incluso miles) de velas. La música inunda el ambiente y las notas parecen bailar alrededor de las llamas. Hay más personas en la sala pero el ambiente es tan idílico que sentís que estáis solos. Suena bien, ¿verdad? Eso es Candlelight, un plan distinto para triunfar en San Valentín.
1. Luz de las velas
La luz de las velas es única a la hora de crear un ambiente acogedor. Con cientos de velas repartidas por todo el espacio, la atmósfera que se crea es de ensueño. Los músicos actúan en un escenario inundado por el cálido resplandor de la luz de las velas y es como si estas y la música organizaran un romántico baile solo para ti y tu pareja. Una iluminación única para una cita no menos única y especial.
2. Ubicaciones exclusivas
Para sus conciertos, Candlelight elige siempre lugares íntimos que normalmente están cerrados al público, dando la oportunidad de explorar estos lugares tan especiales. Desde impresionantes jardines a encantadores edificios históricos, la lista de espacios Candlelight crece constantemente, asegurándote que podáis vivir una velada inolvidable en el día de San Valentín.
3. Broche final perfecto
Después de una comida en vuestro restaurante favorito, de un paseo agarrados de la mano y de tomar un buen chocolate caliente en una cafetería con encanto, llega el momento de disfrutar de un clásico concierto a la luz de la velas. Este San Valentín, Candlelight, que lleva años emocionando con sus singulares tributos, propone un plan diferente para poner el broche final perfecto a un día cargado de amor y romanticismo; la guinda del pastel que hará que este 14 de febrero sea, si cabe, más especial que de costumbre.
4. Plan íntimo
Aunque, como en cualquier concierto, en Candlelight tendrás que compartir espacio con otros asistentes; en estos recitales se busca crear un ambiente intimista que ayude a conectar con la música.
En los conciertos Candlelight el número de espectadores es reducido. Por lo general, siempre son eventos a los que pueden acudir menos de cien personas, lo que hace que resulte bastante exclusivo. Pero además, el original concepto de este plan, que evita los grandes focos de iluminación para dar protagonismo a la tenue y tintineante luz de las velas, ayuda a crear una sensación de intimidad envidiable. Nada mejor para una pareja de enamorados (o de amigos, ¿por qué no?) en San Valentín.
5. Una cita clásica modernizada
Los conciertos a la luz de las velas llevan siglos existiendo. Básicamente porque hace unos años atrás (no tantos como, de primeras, pudiéramos imaginar), ni había bombillas ni enchufes ni energía eléctrica como hoy la conocemos. Los conciertos antes se hacían alrededor de una gran fogata, entre velas o a pleno sol. No había otra.
Candlelight quiere revivir el encanto de los conciertos en su formato más clásico pero en versión modernizada. Ahora, las velas son LED, por lo que no hay peligro alguno; los músicos llevan micrófonos para hacerse escuchar mejor; y los asistentes pueden grabar la última de las piezas con sus teléfonos móviles para compartirla en sus redes sociales. Mismo concepto, diferente época.
En San Valentín, toca ser romántico y el romanticismo, queramos o no, va de la mano de las modas pasadas. Regalar flores, escribir poemas, bailar pegados… Y no hay nada más romántico (ni más clásico) que disfrutar de la mejor música en directo a la luz de las velas. Este San Valentín tiene nombre propio y ese nombre es Candlelight.