La reclusión en casa ha mermado nuestra visión de Bilbao hasta reducirla a las escasas imágenes que vemos de ella desde las ventanas, y eso en el caso de la afortunada población que disponga de cristaleras orientadas hacia la calle. Confiamos casi a ciegas en que El Arenal, Las Siete Calles, el Guggenheim o San Mamés sigan ahí, esperando la vuelta a la normalidad.
En este período de aislamiento el silencio y la calma se han apoderado de la ciudad, echando de menos el bullicio, las voces solapadas, o el rugido de las miles de personas que acogen San Mames y Pozas los días de partido. La cuarentena nos ha bajado el volumen casi por completo, creando un silencio solamente roto por los aplausos dedicados al personal sanitario y los espectáculos musicales que estamos viviendo en los balcones.
Nuestros paseos han sido sustituidos por las imágenes que podemos ver en los telediarios, enseñando una Bilbao vacía y seca debido a la necesidad de evitar más contagios por coronavirus.
Los días del confinamiento pesan, pero la realidad es que Bilbao sigue siendo Bilbao, y ahí está. Si quieres revivir sus calles desde la distancia o ver la ciudad como si de un escenario de Walking Dead se tratara, las cámaras del ayuntamiento lo retransmiten a diario. Fotos que nos hacen acercarnos de un modo virtual al centro bilbaíno y a sus carreteras, contemplando una ciudad medio dormida pero tan bonita y acogedora como siempre.
Gracias a estas cámaras podrás contemplar (en calidad más bien baja) Moyua, el Puente de San Antón, la Calle Autonomía o las diferentese entradas a Bilbao. Antiguas amigas que se convierten en desconocidas por el poco movimiento que se puede ver en estas instantáneas.
Las redes sociales también nos ayudan a recordar nuestras queridas calles, pero si quieres acercarte a los diferentes puntos de La Villa entra en cámaras entorno y mira la soledad que ha dejado el virus en nuestra ciudad. Visita Bilbao, pero hazlo desde casa.
Foto de portada: @lander_etxebarria