Hay que guardar la distancia de seguridad, por supuesto, pero la verdad es que no siempre es fácil, y menos si hablamos de un bar. En estos espacios tan concurridos a veces es complicado respetar los 2 metros de seguridad, pero para eso precisamente están las máquinas antiguas.
Eso es lo que debieron pensar en el Café Lago, ya que con el fin de respetar la distancia impuesta, en este bar del Casco Viejo decidieron poner entre mesa y mesa un pequeño museo de máquinas de otra época.
Estar en un museo observando obras de arte mientras tomas algo es una práctica que no está permitida, sin embargo, tomar algo en un bar mientras disfrutas de máquinas de escribir, balanzas y otros dispositivos antiguos, sí que lo está.
La apertura no ha sido sencilla para la hostelería bilbaína, y es que la gran mayoría se ha visto obligada a reinventarse ante las dificultades que ha traído consigo la Covid-19. En el caso de Boni García y su Café Lago no se trata de hacer comida para llevar o reconvertir parte del restaurante en una pescadería, sino de cumplir con la normativa y ofrecer algo más a su fiel clientela.
Todo un gesto de responsabilidad mientras ofrece algo único a una clientela que ya tenía ganas de cruzar sus puertas.
Foto de portada: Café Lago / Facebook