El funcionamiento de una fuente instalada en monte no debería tener mucho misterio. Pulsas el botón y sale agua de la que podrás beber o refrescarte, fin. Sin embargo, esta situación cambia un poco si la implicada es una vaca en vez de una persona.
Conocemos a las vacas por ser unos animales tranquilos y que se pasan el día pastando, pero además de por esta actitud y actividad calmada, también destacan por su adaptación y por su inteligencia.
Ejemplo de ello es este vídeo grabado por Annika Salcar en el monte Arraiz y que colgó en su perfil de Facebook. En él podemos apreciar cómo ambas vacas beben de la fuente como si de seres humanos se tratase, apretando el botón y bebiendo después. No sabemos hasta qué punto será esto complicado para ellas, pero al menos es curioso verlo.
Está claro que estas vacas tienen aprendido el mecanismo de una fuente, y la verdad es que hacen uso de ella como si de seres humanos se tratase. La única diferencia, eso sí, es que ellas en vez de manos utilizan el morro. Cada cual con lo que tiene.
«¡Pero qué listas!» exclama la autora del vídeo mientras observa un hecho que es, al menos para los seres humanos, algo insólito viniendo de dos vacas.