El confinamiento es obligatorio y hay que cumplirlo, pero, ¿qué ocurre con esas personas que no tienen la posibilidad de tener un sitio cerrado al que llamar casa? Las personas sin hogar no están pudiendo acatar las medidas que se han tomado, ya que siguen estando en el mismo sitio que antes de la irrupción del COVID-19, en la calle.
Con el fin de que los contagios y las aglomeraciones se reduzcan, las instituciones y las ONG están reorganizando los servicios sociales en todos sus aspectos. En este sentido, el Ayuntamiento de Bilbao ha habilitado el Pabellón de la Casilla y el polideportivo de Deusto como apoyo a la red de albergues municipales de Altamira, Elejabarri, Uribitarte, Claret, Lagun Artean y Ontza.
De este modo se garantizarán la separación de las camas y las medidas básicas necesarias para luchar contra los contagios y las aglomeraciones. Con el mismo objetivo, en Barakaldo se ha habilitado también el frontón de los Hermanos para poder hacer frente a esta situación.
Cáritas no sirve en sus instalaciones, pero entrega tuppers
Cáritas ha dejado de servir comidas en sus instalaciones, pero desde la ONG seguirán repartiendo los alimentos a la gente que lo necesite gracias a los tuppers. Esta no es la única modificación que se ha vivido en Cáritas, ya que el reparto de comida se realiza ahora a las 12:30 para tratar de evitar concentraciones, mientras que el servicio de lavandería y ducha es más espaciado en el tiempo.
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