Bailar y hacerlo bien no es tarea sencilla, pero si a esto le sumamos hacerlo a 600 metros de altura y sobre un avión… la cosa se complica, un poco. Wingwalking, así es como se conoce la disciplina que práctica Ainhoa Sánchez, una bilbaína a la que le gusta bailar con un poco de adrenalina en el cuerpo.
Situemos un poco la disciplina y su dificultad, ya que es algo completamente desconocido para la mayor parte del mundo. Ainhoa es la única Wingwalker de España, o lo que es lo mismo, la única acróbata de España que va situada fuera de la cabina de un biplano y a una altura que llega a los 600 metros. Todo esto mientras el piloto vuela el avión de determinadas maneras, casi nada.
Las acrobacias que realiza Ainhoa pueden darse en movimiento, en vuelo recto, o de ambos modos. Mientras algunxs hacemos el ridículo una noche en el Antzoki, otras bailan mediante acrobacias a 600 metros de altura. Siempre ha habido clases.
Una pasión que nace de crear un calendario
Como cada año, Ainhoa se disponía a crear el calendario corporativo de la empresa para la que trabaja, pero la decisión de crear un calendario que mezclaba el circo, la danza y los aviones le cambió la vida. Aunque ya sabía de su existencia, Ainhoa vio una foto de una Wingwalker californiana y sintió una conexión que le llevó a contactar con ella. La Wingwalker Margaret Stivers no solo resultó ser el empujón que Ainhoa necesitaba, sino que se convirtió en su instructora.
En mayo de 2013 Ainhoa tuvo en el Reino Unido su primera experiencia como Wingwalker, y desde entonces no se ha querido bajar de las alas de un biplano. La formación le llegó de la mano de Margaret Stivers, ya que al ser una disciplina tan desconocida, no existen escuelas y el conocimiento se traspasa como un herencia, pasando de madre a hija en este caso.
Sin precedentes en España
Esta disciplina tuvo su mayor auge después de la Primera Guerra Mundial, entre las décadas de los 20 y los 30, con Estados Unidos como eje. En España sin embargo no ha habido precedentes, por lo que se puede afirmar sin ningún miedo que Ainhoa es una pionera del Wingwalking.
Al ser una disciplina tan minoritaria, está regulada solo en ciertos países, y España no es uno de ellos. Ainhoa lucha para implantar esta modalidad de vuelo desde cero y con su propio avión, tratando de enseñar a todo el mundo que no solo se puede bailar sobre suelo estable, sino que también se puede hacer mediante acrobacias a 600 metros de altura.
Foto de portada: @ainhoasanchezwingwalker